Mercadologos, especialistas en recursos humanos y hasta administradores en turismos pueden concursar para ser auditores fiscales
En materia tributaria, debemos tener claro que es una obligación ciudadana el contribuir con el sostenimiento de los gastos públicos. Ahora bien, esta obligación ciudadana de contribuir debe ser siempre acompañada por una eficiente labor de recaudación por parte de la Administración Tributaria. Precisamente, dentro de esta relación entre el Estado y los contribuyentes, usualmente los ciudadanos (en medio de los problemas cotidianos) nos preguntamos: ¿Cuántos tributos existen en nuestro país? Una pregunta válida en la nación más cara de la región centroamericana. Justamente, según la División de Política Fiscal de la Dirección General de Hacienda (al mes de abril de 2016), en Costa Rica existen más de 101 tributos vigentes. Esta extensa lista contiene detalles poco conocidos por la ciudadanía; así por ejemplo encontramos que existen tributos de una u otra naturaleza sobre los casinos, el cemento, los productos alimenticios para animales, el banano, el arroz, la cerveza, los cigarrillos, los refrescos gaseosos, los espectáculos públicos, los moteles, el café, el licor, la madera, el alcohol, los combustibles, las bebidas envasadas, los medicamentos veterinarios, el destace del ganado, los jabones de baño y la electricidad… por mencionar algunos.
A partir de un análisis de este inventario de tributos, los costarricenses podemos tener seguridad y tranquilidad que actualmente el Estado cuenta con una cantidad suficiente de tributos sobre los cuales ejecutar su labor de recaudación. Por ende, nuestros diputados deben ser cuidadosos cuando se presentan proyectos de ley que pretenden la creación de nuevas cargas tributarias, ya que el problema no está en la cantidad de tributos sino en las deficiencias estatales para recaudar los que ya existen.
Recientemente la EXTRA informó que, según datos de Hacienda, de los 124 inspectores fiscales que hay registrados, solo 67 cuentan con formación en contaduría y administración con alguna especialización tributaria o de auditoria, hecho que fue confirmado por las autoridades del Ministerio. Incluso pueden concursar para ser auditores fiscales mercadólogos, especialistas en recursos humanos y hasta ingenieros. Entonces, resulta muy claro que el problema de la recaudación no puede ser solucionado sin que Hacienda proceda a reformar la normativa vigente y en conjunto con el Servicio Civil perfeccionen el perfil de los auditores fiscales. El país lo necesita y los contribuyentes lo merecen.
Diario Extra