¿Su asociación solidarista invirtió en Coopeservidores? Estos son los posibles impactos sobre los excedentes y ahorros
Asociaciones solidaristas forman parte de los depositantes de Coopeservidores que mantienen fondos superiores a los ¢6 millones en la entidad. De los 5.511 depositantes de la cooperativa que cuentan con más de esa cantidad de dinero, un 10% corresponde a personas jurídicas.
Johnny Corrales, vocero del Comité de Acción del Caso Coopeservidores de las Asociaciones Solidaristas y gerente general de la Asociación de Empleados de Boston Scientific (ASEBoston), aseguró que las solidaristas están dentro de ese grupo de personas jurídicas con más de ¢6 millones.
De acuerdo con estimaciones de la Confederación Nacional de Asociaciones Solidaristas (Conasol) y el Movimiento Solidarista Costarricense (MSC), en conjunto, poco más de 200 solidaristas —que suman, aproximadamente, 140.000 afiliados— invirtieron alrededor de $125 millones en Coopeservidores. En principio, se espera que ellas recuperen cerca de $62,6 millones.
El pasado 5 de agosto, el Banco Popular, entidad que absorbió una parte importante de la cooperativa, anunció que todos los depositantes de Coopeservidores con dinero a la vista o depósitos a plazo vencidos por más de ¢6 millones recibirán ¢6 millones más un 50% sobre el monto que excede dicha cuantía, a partir del próximo 16 de setiembre.
Dependiendo del resultado de la gestión de los activos que no absorba el Popular (los cuales corresponden al 36,6% de los activos totales de la cooperativa), este grupo de depositantes podría obtener un porcentaje de recuperación adicional aunque en un plazo indeterminado por ahora.
¿Cómo impactaría a los asociados de las solidaristas el hecho de que su entidad no recuperará el 100% del dinero invertido en Coopeservidores? A continuación, exponemos los posibles escenarios.
Excedentes y capital de los asociados
Hay asociaciones solidaristas que podrán absorber la pérdida con los excedentes que obtengan en el período 2024. Recordemos que es de alrededor de un 50% sobre el exceso de los ¢6 millones. En estos casos, existen dos posibles escenarios para los asociados de la organización: el primero es que reciban un porcentaje menor de excedentes a principios de 2025 (en comparación con el de años anteriores); el segundo es que no perciban excedentes del todo, pero tampoco experimenten una reducción en su capital (ahorros obreros).
Veamos un ejemplo. ASEBoston, según Corrales, mantenía una inversión de ¢2.000 millones en Coopeservidores, lo que representa un 10% del portafolio de inversiones de la solidarista. Esto quiere decir que el efecto negativo para la asociación (de momento) sería cercano a los ¢1.000 millones. El impacto en mención será cubierto con los excedentes del período 2024.
A pesar de esa situación, las proyecciones de ASEBoston indican que podrán distribuir excedentes a sus 8.000 asociados a principios de 2025, aunque en un porcentaje menor al anunciado el año anterior. Por su parte, habrá otras asociaciones que más bien van a presentar pérdidas porque sus inversiones en la cooperativa acaparaban un porcentaje más amplio de la cartera de inversiones, y los excedentes no alcanzarían para cubrir dichas pérdidas.
En estos casos, la Asamblea de Asociados será el órgano de las solidaristas que determinará cómo se va a distribuir la pérdida. Una posible decisión sería que asuman la pérdida completa en el período 2024. Según Corrales, si estas organizaciones lo hacen, deberán tocar el capital (ahorros obreros) de los asociados. Como resultado, a principios de 2025, las personas afiliadas a las solidaristas no recibirían excedentes y perderían un porcentaje por definir de su capital.
Cada miembro de la solidarista perdería el mismo porcentaje. Pese a que la tasa sería igual para todos los asociados de la entidad, la cantidad de dinero que perdería cada uno será distinta, pues depende del volumen del capital que tengan.
Ahora bien, aquellas solidaristas que no quieran absorber el impacto negativo en un solo período podrían distribuir el impacto en varios años, si así lo decide la Asamblea de Asociados y la Junta Directiva, para no tocar el capital. “Esto, en coordinación con los auditores. Si los auditores están de acuerdo, tendrán opiniones limpias y si los auditores no están de acuerdo con que se diluya, tendrán opiniones con salvedades”, comentó Corrales.
De acuerdo con Gonzalo Meza, representante legal de la Federación Costarricense de Asociaciones Solidaristas (Fecaspri), en el último escenario planteado se podría asumir el impacto con una estimación de excedentes futuros pero garantizados por los ahorros.
“Eso es hipotecar un poco el excedente hacia adelante y financiarle la pérdida que hoy está (…) En palabras más sencillas, ¿quién materializa la pérdida? Una persona que se vaya de la asociación. Mientras yo me mantenga en la asociación y se lo voy a pagar por excedentes futuros, pues tengo la ventaja que lo que voy a hacer es recibir menos excedentes o ninguno en los próximos años, pero el capital no sufriría ningún daño, y con la posibilidad de que la asociación recupere algo en el camino”, indicó Meza.
Sin embargo, dentro de las posibles consecuencias de no repartir excedentes en varios años podría ser que los nuevos empleados de la empresa no se afilien a la solidarista o que algunos de los asociados actuales decidan salirse. Estos escenarios tendrán que ser analizados por la Asamblea de Asociados de cada organización que registre pérdidas en este 2024.
¿Cómo se registra la pérdida de una parte de la inversión?
Dunia Zamora, presidenta del Colegio de Contadores Públicos de Costa Rica, indicó que no hay una “receta” única para todas las asociaciones solidaristas. Sin embargo, comentó que en la mayoría de los escenarios esas pérdidas van a pasar directamente al estado de resultados.
La presidenta del Colegio de Contadores Públicos dijo que los encargados de preparar la información deben poner una nota donde revelen esos niveles de pérdida y cómo se están estimando, para que los usuarios de estos estados financieros los conozcan.
“No hay como una receta que yo te pueda dar y decir ‘todas tienen que hacer A, B, C’. Lo que te puedo decir (es que deben hacer) el análisis de forma correcta y lo revelen, lo cuenten en sus estados financieros y muestren en notas a los estados financieros cómo es que se está valorando la posibilidad de pérdida, cómo se está estimando esa posibilidad de pérdida, qué fueron los recursos que se perdieron, cuánto está impactando al estado de resultados y, sobre todo, que esta situación sea expuesta ante la Asamblea de los Asociados”, agregó Zamora.
Fuente: El Financiero
Nuestro Comentario
Las asociaciones solidaristas, parte de los depositantes de Coopeservidores con fondos superiores a ¢6 millones, enfrentarán desafíos significativos tras la intervención de la cooperativa. De los 5.511 depositantes con más de esa cantidad, alrededor del 10% son personas jurídicas, incluyendo muchas solidaristas. Estas asociaciones, que en conjunto invirtieron unos $125 millones, podrían recuperar aproximadamente $62,6 millones. El Banco Popular, que absorbió una parte importante de Coopeservidores, compensará a los depositantes con más de ¢6 millones a partir del 16 de septiembre, ofreciendo ¢6 millones más un 50% sobre el excedente.
El impacto financiero variará entre las asociaciones. Algunas podrían manejar la pérdida utilizando sus excedentes, resultando en una menor distribución de beneficios en 2025. Otras podrían necesitar reducir su capital para cubrir las pérdidas, afectando a sus miembros. También tienen la opción de distribuir el impacto en varios años para evitar una reducción inmediata de su capital.
Esta situación subraya la vulnerabilidad de las inversiones financieras y la importancia de una gestión adecuada del riesgo en las asociaciones solidaristas. La forma en que cada entidad maneje las pérdidas no solo afectará su estabilidad financiera, sino también la confianza y el bienestar de sus miembros. La transparencia en el registro y comunicación de estas pérdidas será clave para mantener la integridad y la confianza en el sistema solidarista.