Intel continúa su reestructuración: despidos alcanzan la mitad de lo anunciado y la compañía es blanco de compra

Intel comenzó el segundo semestre de 2024 con una caída superior al 30% en el valor de sus acciones y la implementación de un plan de reajuste empresarial que incluye el despido de aproximadamente 15.000 trabajadores a nivel mundial, tras varios trimestres de malos resultados financieros. Sin embargo, en las últimas semanas, la compañía parece haber encontrado un poco de estabilidad, gracias a una serie de anuncios importantes. A pesar de esto, persiste la incertidumbre, en parte alimentada por el interés de Qualcomm en adquirir parte de las operaciones de Intel.

Uno de los cambios más significativos anunciados por la empresa ha sido la conversión de su división de fundición, Intel Foundry, en una unidad independiente. Este negocio, que se encarga de fabricar chips para clientes externos, ha sido una de las áreas de mayor gasto para la compañía, con una inversión de alrededor de $25.000 millones anuales en los últimos dos años, según informó CNBC. La nueva estructura permitirá a Intel Foundry recaudar fondos de manera autónoma y disminuir su dependencia financiera de la empresa matriz. Este movimiento es parte de un esfuerzo mayor por obtener financiación, en el cual el gobierno de Estados Unidos podría jugar un rol importante, dada la importancia estratégica de la industria de semiconductores para el país y las inversiones que se impulsan bajo la Ley Chips para reducir la dependencia de fabricantes asiáticos.

A raíz de estos anuncios, Intel ha logrado detener la caída de sus acciones, aunque solo temporalmente. La crisis en la bolsa se agudizó a principios de agosto, cuando la empresa reportó pérdidas de $2.091 millones en la primera mitad del año. Según su director ejecutivo, Pat Gelsinger, Intel está atravesando un momento crucial en su historia, ya que no solo ha perdido terreno en los mercados tradicionales de productos para computadoras y centros de datos, sino que también ha quedado rezagada en el creciente mercado de la inteligencia artificial (IA), donde empresas como Nvidia, AMD y TSMC han tomado la delantera.

El plan de transformación de Intel Foundry persigue varios objetivos. Por un lado, la nueva unidad tendrá su propia estructura y consejo de administración, lo que le permitirá recaudar fondos de forma independiente. Por otro, esta separación reducirá la carga financiera sobre Intel, que ha destinado una gran parte de sus recursos a esta división. Gelsinger explicó que esta nueva estructura de gobierno completa el proceso que comenzaron a principios de año, cuando separaron los informes financieros de Intel Foundry del resto de la empresa. Además, señaló que esta independencia “desbloqueará beneficios importantes” para Intel, proporcionando a clientes y proveedores externos una mayor claridad y separación del resto de la empresa. En términos de crecimiento, esta estructura permitirá maximizar la creación de valor para los accionistas.

Además de la reestructuración, Gelsinger destacó otros avances recientes que calificó como positivos, entre ellos la ampliación de la colaboración con Amazon Web Services (AWS) para el desarrollo de chips personalizados y la obtención de $3.000 millones en fondos bajo la Ley Chips para expandir la fabricación de semiconductores de vanguardia en Estados Unidos. Según Gelsinger, Intel es la única empresa estadounidense que diseña y fabrica chips lógicos de vanguardia, lo que la coloca en una posición clave para asegurar la cadena de suministro nacional de semiconductores.

A pesar de estos anuncios positivos, los rumores persisten. El 20 de septiembre, The Wall Street Journal informó que Qualcomm había mostrado interés en adquirir parte de las operaciones de Intel. Aunque no se ha alcanzado ningún acuerdo y el proceso podría enfrentar el escrutinio de las autoridades antimonopolio, este posible movimiento ha generado especulación en los mercados. Mientras tanto, Intel sigue comprometida con su plan de reducción de gastos, buscando recortar $10.000 millones en costos operativos para 2025. En Europa, la compañía ha decidido suspender sus proyectos de Intel Foundry en Polonia y Alemania durante dos años, concentrando su producción en Irlanda, donde ya cuenta con una fábrica, para aumentar la eficiencia en el uso del capital.

En cuanto a sus operaciones en Estados Unidos, Intel continúa avanzando con proyectos clave en Arizona, Oregón, Nuevo México y Ohio, aunque los aumentos de producción dependerán de la demanda del mercado y del crecimiento de su negocio de fundición. Gelsinger enfatizó que la empresa seguirá invirtiendo en sus instalaciones estadounidenses, pero aclaró que las decisiones de expansión estarán sujetas a las condiciones del mercado.

En Costa Rica, donde Intel opera tres divisiones, las decisiones globales ya han tenido un impacto. La compañía cuenta con un centro de Investigación y Desarrollo (I&D), una planta de Ensamblaje y Prueba, y un centro de Servicios Globales. En 2024, Intel empleaba a 3.500 trabajadores directos y 4.400 contratistas indirectos en el país. Consultada sobre el impacto de los recortes, la empresa indicó que su enfoque es reducir costos operativos y mejorar la eficiencia a través de múltiples iniciativas, incluyendo la reducción de personal en áreas específicas, aunque no proporcionó cifras sobre los posibles despidos en Costa Rica. Intel señaló que las reducciones en la plantilla global han alcanzado la mitad del objetivo de 15.000 empleados y que nuevas notificaciones sobre despidos se esperan para mediados de octubre.

Finalmente, entre las medidas adicionales, la empresa planea reducir dos tercios de sus bienes raíces a nivel mundial y vender su participación en Altera, una empresa adquirida en 2015 para el diseño de circuitos integrados. Gelsinger fue claro al afirmar que «todos los ojos permanecerán puestos en nosotros» durante este proceso de transformación, destacando que Intel está atravesando la transformación más significativa en más de cuatro décadas, y que la única manera de calmar a los críticos y entregar los resultados esperados será ejecutando los planes de manera impecable.

Nuestro Comentario:

La situación de Intel refleja un momento crítico en la industria tecnológica. La empresa ha enfrentado una pérdida de competitividad, principalmente en el sector de inteligencia artificial y en la fabricación de chips avanzados, donde competidores como Nvidia y AMD han tomado la delantera. Además, la dependencia de los fabricantes asiáticos ha expuesto a Intel a vulnerabilidades que la Ley Chips de EE.UU. busca corregir mediante inversiones locales.

La reestructuración de Intel, que incluye despidos de 15.000 empleados y la transformación de su división de fundición en una unidad independiente, busca optimizar costos y atraer fondos externos, pero también evidencia las dificultades financieras de la empresa. Estos cambios tendrán repercusiones globales, incluyendo en Costa Rica, donde la empresa opera importantes instalaciones.

El interés de Qualcomm en adquirir parte de Intel subraya la vulnerabilidad actual de la compañía, aunque un acuerdo enfrenta posibles obstáculos regulatorios. Mientras tanto, Intel intenta mantenerse a flote con nuevos acuerdos, como su colaboración con Amazon Web Services (AWS), y los $3.000 millones recibidos bajo la Ley Chips para fortalecer su capacidad de fabricación de semiconductores en EE.UU.

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