Google demanda a Microsoft ante Comisión Europea por presunto monopolio en la nube
Google ha presentado una denuncia formal ante la Comisión Europea contra Microsoft, acusándola de prácticas anticompetitivas en el mercado de la computación en la nube. Según Google, Microsoft utiliza su dominio en el sector para imponer condiciones desfavorables que dificultan la competencia. Amit Zavery, vicepresidente de Google Cloud, afirmó que esta denuncia es necesaria para «poner fin al bloqueo que practica Microsoft, permitir opciones para los clientes y crear un mercado justo para los competidores».
La queja de Google se centra en las condiciones de licencia de software de Microsoft, que encarecen considerablemente el traslado de cargas de trabajo desde la plataforma Azure a otras nubes competidoras, como Google Cloud o AWS de Amazon. Según Google, estas condiciones pueden incrementar los costos hasta un 400% para las empresas que utilizan Windows Server y desean migrar a otra nube. Además, la compañía señala limitaciones en los parches de seguridad como parte de las restricciones impuestas por Microsoft.
Google argumenta que desde 2019 Microsoft ha venido estableciendo barreras de interoperabilidad, lo que dificulta que los usuarios utilicen su software en plataformas de la competencia. Este tipo de prácticas fue lo que llevó a Microsoft a anunciar el año pasado la separación de su aplicación de videoconferencias Teams de su paquete de ofimática (Word, Excel, PowerPoint y Outlook), primero en Europa y luego a nivel global. Sin embargo, la Comisión Europea consideró en junio que estos cambios eran insuficientes para solucionar los problemas de competencia y advirtió que Microsoft debía hacer más para restaurar la igualdad en el mercado.
Microsoft, por su parte, ha manifestado su disposición a seguir dialogando con Bruselas para evitar una sanción mayor. En 2013, la compañía fue multada con 561 millones de euros por imponer su navegador Internet Explorer en sus sistemas operativos. Google, que también ha enfrentado sanciones similares en Europa, espera una respuesta rápida de la Comisión a su demanda.
La compañía californiana ha sido sancionada en varias ocasiones por abuso de posición dominante, acumulando multas por más de 8.000 millones de euros. En 2017, fue multada con 2.400 millones de euros por su dominio en el mercado de las búsquedas en línea, y en septiembre de 2023, el Tribunal de la UE anuló una multa de 1.500 millones de euros que se le había impuesto por prácticas anticompetitivas en la publicidad digital.
Este caso pone de relieve las continuas tensiones en el ámbito de la competencia tecnológica en Europa, donde gigantes como Google y Microsoft se enfrentan constantemente a regulaciones más estrictas que buscan evitar monopolios y garantizar condiciones de competencia justa en sectores clave como la computación en la nube.
Nuestro comentario:
La demanda de Google contra Microsoft ante la Comisión Europea subraya un conflicto mayor en el entorno tecnológico actual: la creciente concentración del poder en el sector de la computación en la nube y la lucha por mantener un campo de juego competitivo. Esta situación refleja cómo las grandes empresas de tecnología no solo compiten por ser líderes en sus respectivos mercados, sino que también utilizan su poder para moldear las reglas del juego a su favor.
Lo interesante aquí es que Google, que también ha sido multado por prácticas anticompetitivas, ahora toma el rol de acusador, resaltando las complejidades de la competencia en el sector tecnológico, donde las mismas compañías que abogan por mayor apertura y competencia suelen enfrentarse a señalamientos similares en otros mercados. Este doble rol refleja el delicado equilibrio que las grandes tecnológicas deben mantener entre expansión agresiva y el cumplimiento de normativas antimonopolio.
Más allá del enfrentamiento entre dos gigantes, esta demanda podría tener implicaciones importantes para el futuro del mercado de la nube. Si Bruselas decide sancionar a Microsoft y endurecer las regulaciones, esto podría establecer un precedente que afectaría cómo operan todas las empresas del sector, favoreciendo una mayor competencia y limitando el dominio de los gigantes. Este caso podría ser el inicio de una revisión más exhaustiva de las prácticas de negocio en la nube, un área que se está convirtiendo en el corazón de la economía digital global.