El Sector Turístico Costarricense en Alerta por la Apreciación del Colón
La apreciación del colón frente al dólar preocupa al sector turístico costarricense, especialmente en vísperas de la temporada alta 2024-2025. Según Canatur, esta situación afecta la rentabilidad de las empresas que reciben ingresos en dólares pero tienen costos operativos en colones, lo que las pone en desventaja por el diferencial cambiario. Además, el aumento en los costos asociados a la temporada alta, como personal adicional, cargas sociales e insumos, agrava el panorama. En 2023, el 75% de las empresas turísticas reportaron menores ingresos, y la apreciación del colón también impacta la percepción de los turistas internacionales, disminuyendo su capacidad de gasto y afectando la competitividad del país.
El Banco Central de Costa Rica atribuye la apreciación a una alta disponibilidad de divisas, con superávits significativos en el mercado cambiario y un aumento en las reservas internacionales. Esto ha presionado a la baja el tipo de cambio, con el dólar rondando los ¢507 en noviembre. Adicionalmente, factores como la valorización de monedas de socios comerciales y cambios en las tendencias de ahorro y crédito en dólares influyen en esta dinámica.
Otros sectores, como el industrial, también enfrentan retos. La Cámara de Industrias advirtió que una posible revalorización de los activos del ICE podría traducirse en aumentos en las tarifas eléctricas, lo que afectaría la competitividad del país. Por su parte, el ICE asegura que no se han realizado revalorizaciones desde 2016 y que cualquier ingreso adicional se devuelve a los usuarios mediante liquidaciones aprobadas por la ARESEP.
En el contexto global, Moody’s proyecta una estabilización económica para 2025, impulsada por la diversificación de cadenas de suministro y mayores inversiones en inteligencia artificial y sostenibilidad climática. Sin embargo, las tensiones geopolíticas y las políticas comerciales restrictivas plantean riesgos adicionales. Ante este panorama, Costa Rica necesita implementar estrategias para mitigar los impactos del tipo de cambio, fortalecer el sector turístico y mantener su competitividad en un entorno económico cada vez más desafiante.
Nuestro comentario:
La apreciación del colón frente al dólar representa una alerta crítica para Costa Rica, un país cuya economía depende significativamente del turismo. Este fenómeno incrementa los costos percibidos por los turistas internacionales, encareciendo los servicios y productos locales, lo que podría reducir el atractivo del país como destino turístico. Al estar en vísperas de la temporada alta 2024-2025, la situación es especialmente preocupante, ya que el sector turístico enfrenta una brecha financiera significativa: mientras los ingresos se generan en dólares, la mayoría de los costos operativos se pagan en colones. Esto pone en peligro la rentabilidad de las empresas turísticas y, por ende, la estabilidad económica de las comunidades que dependen de esta actividad.
A corto plazo, se prevé que muchas empresas turísticas enfrenten dificultades financieras durante la próxima temporada alta, un periodo que históricamente ha sido crucial para generar ingresos. Con el dólar en niveles bajos y costos crecientes, las empresas podrían verse obligadas a reducir personal, limitar inversiones o recortar servicios, afectando no solo la calidad del producto turístico, sino también la capacidad de atraer y retener visitantes. Además, la percepción de Costa Rica como un destino costoso podría incentivar a los turistas internacionales a optar por alternativas más económicas en la región, lo que agravaría la pérdida de competitividad del país.
A largo plazo, esta tendencia podría tener consecuencias significativas para la economía nacional. El turismo no solo es una fuente vital de empleo, sino también de divisas que contribuyen al desarrollo económico del país. Si no se toman medidas para mitigar estos efectos, Costa Rica corre el riesgo de reducir su participación en el mercado turístico internacional. Para contrarrestar esta situación, será fundamental que las autoridades económicas trabajen en estrategias que incluyan la diversificación de mercados emisores, incentivos para fortalecer la industria turística y un manejo más equilibrado del tipo de cambio. Solo así se podrá garantizar que el turismo siga siendo un motor clave de desarrollo en un entorno global altamente competitivo.