Prival se retira: ¿Qué impacto tuvo en el sistema bancario costarricense?
Prival, el banco de origen panameño, anunció su salida voluntaria del negocio bancario en Costa Rica el pasado 27 de febrero de 2024. Si bien esta decisión se formalizó recientemente, los números muestran que su reducción operativa comenzó hace varios años.
¿Cuál fue el impacto real de Prival en el sistema bancario costarricense y cómo han evolucionado sus principales indicadores? Analizamos su desempeño antes de su salida definitiva.
Un banco de poca presencia en el sistema
Si comparamos los activos de Prival con los del resto del sistema bancario, su peso era casi simbólico. En comparación, bancos de menor tamaño como Banco Cathay o BCT mantienen una presencia más relevante en el mercado, lo que resalta la baja incidencia de Prival en el sistema financiero costarricense. Al cierre de 2024, la entidad representaba apenas 0,11% del total de activos bancarios en Costa Rica, según datos de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
Sin embargo, este no siempre fue su tamaño. En enero de 2017, Prival contaba con activos por ₤158.687 millones y una cartera de crédito de ₤117.404 millones. Ocho años después, en enero de 2024, sus activos se redujeron a ₤35.963 millones y su cartera de crédito a apenas ₤9.638 millones, marcando una disminución de 77% en activos y 91,8% en crédito.
Cambios en su estructura financiera
Uno de los indicadores clave del declive de Prival fue la composición de su balance financiero:
- En 2017, su cartera de crédito era su activo más importante.
- En 2024, sus inversiones en títulos valores representaban el 29% de su estructura financiera, superando a los créditos otorgados.
En cuanto a sus pasivos, Prival experimentó una caída drástica del 90,51% en sus obligaciones con el público desde 2017.
Resultados financieros: un 2023 con pérdidas
Prival logró mantener un récord de rentabilidad positiva desde 2015, salvo por un año: 2023. En ese periodo, reportó pérdidas por ₤1.583 millones, lo que representa casi el mismo monto que su mejor año de ganancias (2018, con ₤1.753 millones).
En términos de morosidad, Prival había mantenido un nivel bajo, cercano al 1%. No obstante, desde 2023, la mora a 90 días y en cobro judicial aumentó, pasando del 1,79% al 4,39% en enero de 2024.
Suficiencia patrimonial: el indicador que se mantuvo fuerte
A pesar de su declive en operaciones y pérdidas en 2023, Prival registró el índice de suficiencia patrimonial (ISP) más alto del país, con un 61,83% en enero de 2024.
Este indicador mide la capacidad de una entidad bancaria para enfrentar riesgos y pérdidas. Un ISP superior al 10% es considerado normal, por lo que Prival tenía un margen financiero amplio.
La decisión final: cese de operaciones bancarias
El 30 de enero de 2024, en una Asamblea General Extraordinaria de Accionistas, Grupo Prival Costa Rica decidió abandonar la intermediación financiera y enfocarse exclusivamente en la administración de fondos de inversión y la intermediación bursátil.
En un comunicado oficial, la entidad explicó que la salida de su negocio bancario responde a una estrategia de consolidación:
«Grupo Prival Costa Rica, S.A. ha tomado la decisión de centrar sus esfuerzos económicos, de capital, logísticos y operativos del grupo en nuestro país, en las actividades de intermediación de valores y de administración de fondos de inversión.»
Este movimiento implica que Prival deja de operar como banco en Costa Rica, pero seguirá presente en el mercado a través de su puesto de bolsa y administradora de fondos.
Conclusión: impacto limitado en el sistema bancario
Dado su peso reducido en el sistema financiero y su proceso de reducción de operaciones a lo largo de los últimos años, la salida de Prival no representa una disrupción significativa en el mercado bancario costarricense. Sin embargo, este fenómeno pone en evidencia los desafíos que enfrentan los bancos de menor tamaño para competir en un mercado dominado por entidades más grandes y diversificadas.
Su caso, sin embargo, ilustra un fenómeno más amplio: la creciente especialización de entidades financieras en nichos específicos, alejándose de la intermediación tradicional para concentrarse en servicios de inversión y mercados de capital.
Con su retiro del negocio bancario, Prival deja un legado de presencia discreta en el sistema, pero con una solidez patrimonial que le permite seguir operando en otras áreas del sector financiero costarricense.
Fuente: El Financiero
Jorge Gutiérrez Guillen
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