«Caso Coopeservidores: Cierres Bancarios en Costa Rica»

Las acciones de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) para intervenir en instituciones financieras reguladas, como el caso actual de Coopeservidores, suelen ser devastadoras para las empresas afectadas, aunque no siempre es así.

Históricamente, hay numerosos ejemplos de bancos, cooperativas y mutuales que han sido intervenidos y ya no operan de manera independiente en el mercado. Esto se debe a que muchas fueron liquidadas o tuvieron que fusionarse con otras entidades para evitar la quiebra.

Desde 1994, instituciones como el Banco Anglo, Bancrédito, el Banco Federado, Bancoop, el Banco Solidario y Coopemex han sido intervenidas y, posteriormente, desaparecieron del mercado.

Las intervenciones resultan ser traumáticas para las entidades afectadas por diversas razones. Primero, se implementan como medidas de rescate cuando la situación de la empresa ya es crítica. Además, estas acciones suelen tener una amplia cobertura mediática, lo que afecta gravemente la confianza de los usuarios y de los actores financieros clave para la compañía.

“Lo que sucede con las intervenciones”, explicó José Luis Arce, exdirector del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), “es que representan una medida de último recurso”. Aunque estos procesos pueden tener dos desenlaces —ya sea que la entidad reanude sus operaciones normales o que se recomiende su liquidación—, recuperarse de ellos es extremadamente difícil.

Algunos de estos procesos son difíciles de recordar porque afectaron a instituciones pequeñas; pero otros, en cambio, siguen siendo mencionados regularmente en medios de comunicación, aulas de Economía y eventos financieros, por sus implicaciones finales.

Entre los casos más recordados están los del Banco Anglo Costarricense en 1994 y del Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito) en 2017.

Ambas entidades fueron bancos del Estado que terminaron cerrando luego de una intervención y cuyo proceso de salida del mercado implicó pérdidas por miles de millones de colones para el erario público costarricense (₡143.000 millones y ₡60.591 millones, respectivamente, según cálculos en colones actuales publicados por el periódico La Nación recientemente).

Las intervenciones de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) suelen ser devastadoras para las entidades financieras afectadas, muchas de las cuales terminan liquidándose o fusionándose. Ejemplos notables incluyen el Banco Anglo Costarricense en 1994 y Bancrédito en 2017, cuyos cierres resultaron en grandes pérdidas para el erario público. Estas acciones, implementadas como último recurso en situaciones críticas, dañan gravemente la confianza de los usuarios y la estabilidad de las instituciones, haciendo muy difícil su recuperación.

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