Costa Rica en la cuerda floja: Déficit fiscal y recaudación en crisis al cierre de 2024
Costa Rica finaliza el 2024 enfrentando serios retos fiscales: ingresos tributarios debilitados, un aumento del déficit fiscal y una deuda pública que sigue sin bajar del 60% del Producto Interno Bruto (PIB). A pesar de un tipo de cambio más bajo, que en teoría debería beneficiar el cálculo de la deuda en relación con el PIB, los resultados financieros del país revelan un escenario complicado.
Cómo impactó la caída del tipo de cambio
El tipo de cambio cayó un 3,5% durante el 2024. Aunque esta apreciación del colón frente al dólar ayudó a reducir el peso de la deuda externa en términos nominales, también tuvo un efecto adverso en los ingresos fiscales. Según el Ministerio de Hacienda, los sectores vinculados al comercio internacional y las rentas generadas en dólares sufrieron una reducción significativa, impactando negativamente la recaudación tributaria.
Uno de los casos más evidentes es la caída de los ingresos por impuesto sobre la renta a personas jurídicas, que registraron una disminución de ₢133.970 millones hasta septiembre de este año. Asimismo, el impuesto a la propiedad de vehículos también cayó en ₢38.550 millones, agravando la situación.
Una recaudación tributaria desacelerada
Aunque los ingresos tributarios del Gobierno Central crecieron un 1,3% en los primeros nueve meses de 2024 en comparación con el año anterior, este crecimiento fue insuficiente frente al aumento del gasto público, que creció un 6,9% en el mismo período. Este desbalance amplió el déficit fiscal de 2,2% del PIB en 2023 a un 2,7% en 2024.
Los dos impuestos principales del país, el Impuesto sobre la Renta y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que juntos representan tres cuartas partes de los ingresos fiscales, mostraron crecimientos modestos. En el caso del IVA, su crecimiento apenas alcanzó el 5%, reflejando la desaceleración del consumo y de la actividad económica general.
La relación deuda-PIB y las restricciones de la regla fiscal
La deuda pública del país se mantuvo en torno al 61% del PIB al cierre del 2024, casi igual al 61,1% registrado en 2023. Esto implica que el país seguirá sujeto a las restricciones más severas de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (Ley 9635), que establece límites al crecimiento del gasto público mientras la deuda se mantenga por encima del 60% del PIB.
Entre las restricciones destacan:
- El gasto total de las instituciones cubiertas por la norma no puede crecer más del 65% del promedio de crecimiento del PIB.
- No se permiten aumentos salariales ni ajustes de pensiones más allá del costo de vida.
- Los gastos de capital, como infraestructura, también están limitados.
Estas restricciones han afectado la capacidad del Gobierno para invertir en áreas críticas como infraestructura, educación y salud, perpetuando una situación de estrechez financiera.
Perspectivas a futuro
El Ministerio de Hacienda proyecta que la deuda podría caer por debajo del 60% del PIB en 2026, lo que permitiría una flexibilización de las restricciones fiscales para 2028. Sin embargo, esto dependerá de factores externos como el crecimiento económico, el comportamiento del tipo de cambio y el aumento en la eficiencia de la recaudación tributaria.
Para el 2025, Hacienda espera recaudar ₢6,91 billones en ingresos tributarios, una cifra optimista que contrasta con la reducción de expectativas observada en 2024, cuando las estimaciones iniciales de ₢6,94 billones fueron ajustadas a la baja en un 5,7%.
El papel de la ciudadanía en la solución
Frente a este desafío, los ciudadanos tienen un rol crucial. Acciones como cumplir puntualmente con las obligaciones tributarias, denunciar la evasión fiscal y promover la formalización de negocios pueden contribuir significativamente al fortalecimiento de las finanzas públicas.
Además, la exigencia de mayor transparencia y eficiencia en el uso de los recursos públicos puede motivar al Gobierno a optimizar la gestión fiscal, generando un entorno más favorable para el desarrollo económico y social.
El panorama fiscal de Costa Rica al cierre de 2024 es un llamado a la acción conjunta entre Gobierno y sociedad. Mientras el Estado busca estabilizar sus finanzas mediante reformas y mayor control del gasto, los ciudadanos pueden contribuir desde su compromiso con las obligaciones fiscales y la exigencia de un manejo más eficiente y transparente de los recursos. El reto es grande, pero también lo es la oportunidad de construir una base sólida para el futuro del país.
Jorge Gutiérrez Guillén
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