La Clave para Proteger y Fortalecer las Cooperativas Pequeñas en Costa Rica

En Costa Rica, las cooperativas de ahorro y crédito (CAC) desempeñan un papel crucial en el sistema financiero, ofreciendo acceso a servicios financieros a miles de personas, particularmente en comunidades que carecen de opciones bancarias tradicionales. Sin embargo, muchas de estas entidades, especialmente las más pequeñas, no están sujetas a una supervisión financiera especializada debido a su escala limitada. Este vacío regulatorio plantea riesgos potenciales tanto para los ahorrantes como para la estabilidad del sector.

Para abordar esta brecha, el Fondo de Fortalecimiento Cooperativo (FFC), liderado por Gina Muñoz como gerenta general, ha propuesto implementar un modelo de supervisión auxiliar inspirado en experiencias internacionales exitosas, como las de Alemania y México. Este enfoque busca aplicar controles similares a los de las cooperativas más grandes, con el objetivo de minimizar los riesgos financieros, fortalecer las buenas prácticas de gestión y proteger a los ahorrantes.

El Contexto Regulatorio Actual

Actualmente, la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF) regula las cooperativas con activos totales superiores a ₢80.000 millones bajo un esquema de supervisión proporcional. Las cooperativas más pequeñas, por otro lado, están supervisadas por el Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (Infocoop), un modelo que algunos expertos consideran insuficiente para garantizar la seguridad y solidez del sector.

De acuerdo con Gina Muñoz, la idea de implementar una supervisión auxiliar no es nueva; se discutió por primera vez en la década de los 90. Según declaraciones al periódico El Financiero, Muñoz afirmó: “Actualmente, a lo interno del FFC consideramos que tenemos las capacidades (técnicas y tecnológicas) para ofrecer ese servicio en el futuro. No hemos hablado del tema con CONASSIF ni SUGEF”.

El FFC ya monitorea más de 80 indicadores financieros en las cooperativas asociadas, incluidos algunos similares a los que vigila la SUGEF, como suficiencia patrimonial, morosidad, liquidez y utilidades acumuladas. Este monitoreo temprano permite identificar y mitigar problemas antes de que se conviertan en crisis.

Beneficios de la Supervisión Auxiliar para las Cooperativas

La implementación de un modelo de supervisión auxiliar no solo busca fortalecer el sector cooperativo en general, sino que también ofrece beneficios específicos para las cooperativas:

  1. Identificación Temprana de Riesgos: El monitoreo constante de indicadores financieros clave permitiría detectar problemas en etapas tempranas, reduciendo la posibilidad de crisis financieras que afecten la estabilidad de la cooperativa y la confianza de los ahorrantes.
  2. Fortalecimiento de la Confianza: Al implementar controles basados en estándares reconocidos, las cooperativas podrán proyectar mayor transparencia y responsabilidad, lo que incrementará la confianza de sus miembros y del público en general.
  3. Capacitación y Mejora de Prácticas: Las cooperativas más pequeñas tendrán acceso a asistencia técnica y asesoramiento, lo que les permitirá adoptar mejores prácticas de gestión financiera y administrativa.
  4. Acceso a Recursos del FFC: Las cooperativas supervisadas podrían beneficiarse del apoyo financiero y técnico del Fondo de Fortalecimiento Cooperativo, lo que les daría mayor capacidad para enfrentar desafíos económicos.
  5. Protección Reputacional del Sector: Evitar crisis en cooperativas pequeñas protege la reputación del sector cooperativo en su conjunto, reduciendo el “ruido” que generan los problemas financieros individuales.

Declaraciones del Sector Cooperativo

Adrián Rodríguez, gerente de FEDEAC, destacó que la supervisión auxiliar podría mitigar el impacto reputacional que las crisis en cooperativas pequeñas generan en todo el sector. Según Rodríguez, este esquema fortalecería la confianza en el sistema al prevenir problemas financieros que, aunque menores, causan ruido significativo.

Adrián Álvarez, gerente de Coopenae, subrayó la importancia del esquema para cooperativas muy pequeñas que no pueden ser reguladas por la SUGEF. Señaló que el FFC realizaría una supervisión distinta pero basada en los parámetros de dicha superintendencia.

Desafíos y el Camino por Recorrer

A pesar de los beneficios potenciales, la supervisión auxiliar enfrenta desafíos importantes. Primero, el proyecto aún está en una etapa inicial y no ha sido formalizado. Segundo, su implementación requeriría un diálogo activo con entidades como el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (CONASSIF) y la SUGEF, además de ajustes normativos.

Adicionalmente, es crucial garantizar que este modelo sea financieramente sostenible y que no represente una carga excesiva para las cooperativas más pequeñas. Según expertos, el éxito de la supervisión auxiliar depende de encontrar un equilibrio entre control riguroso y flexibilidad operativa.

Perspectivas Futuras

La propuesta del FFC refleja un esfuerzo por modernizar y fortalecer el sector cooperativo en Costa Rica. Gina Muñoz, como figura clave en este proyecto, ha destacado que la supervisión auxiliar no solo representa una herramienta de control, sino también una oportunidad para transformar el sector. Inspirada en modelos internacionales, esta iniciativa tiene el potencial de convertirse en un pilar clave para garantizar la estabilidad y crecimiento del sistema financiero cooperativo.

En palabras de Gina Muñoz a El Financiero: “La supervisión auxiliar no es solo una cuestión de control, sino una oportunidad para construir un sector más sólido, confiable y orientado al desarrollo sostenible”.

Sin embargo, su éxito dependerá de la colaboración de todas las partes involucradas, incluyendo al sector cooperativo, las autoridades reguladoras y los ahorrantes. En un mundo financiero en constante cambio, iniciativas como esta subrayan la importancia de adaptarse y evolucionar para enfrentar los desafíos del futuro.

La supervisión auxiliar se perfila como una solución innovadora para reforzar la seguridad y confianza en las cooperativas de ahorro y crédito más pequeñas en Costa Rica. Si se implementa con éxito, este modelo podría consolidar al sector como un actor fundamental en la inclusión financiera del país.

Fuente: El Financiero

Jorge Gutiérrez Guillén

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