Préstamos personales o de consumo a largo plazo: ¿Un alivio o una trampa financiera?
Los créditos de consumo con plazos superiores a los nueve años son cada vez más comunes en Costa Rica, pero ¿son realmente una buena opción o pueden generar problemas financieros a largo plazo?
En los últimos años, han surgido préstamos de consumo con plazos de 10, 15 e incluso 20 años. Aunque pueden parecer atractivos por las cuotas más bajas, es importante analizar los riesgos antes de comprometerse con una deuda tan prolongada.
¿Por qué pueden ser problemáticos?
Los créditos de consumo son préstamos de uso libre: se pueden destinar a la compra de electrodomésticos, viajes, emergencias médicas o cualquier otro gasto. A diferencia de los préstamos hipotecarios, que tienen como respaldo una propiedad de alto valor y un propósito de largo plazo, los préstamos de consumo suelen cubrir necesidades inmediatas y de corto plazo.
“Por definición, los préstamos de consumo deberían tener plazos relativamente cortos”, explica Hazel Valverde, gerenta general del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Según la normativa actual (Sugef-306), los bancos deben asumir un mayor riesgo si otorgan créditos de consumo con plazos mayores a cinco años. Sin embargo, los datos del BCCR muestran que un 41,5% de estos préstamos bancarios superan los nueve años, mientras que en cooperativas la cifra asciende a un 55,6%.
Bernardo Alfaro, exsuperintendente General de Entidades Financieras, advierte sobre los riesgos de este tipo de endeudamiento, ya que limita la capacidad de pago del deudor en el largo plazo. “No tiene sentido endeudarse en consumo a plazos superiores a cinco años. No es una buena práctica financiera personal”, enfatiza.
¿Qué hacen los bancos y cooperativas?
Algunas entidades financieras, como el Banco Popular y el Banco de Costa Rica (BCR), ofrecen préstamos de consumo con plazos de hasta 20 años, principalmente para consolidación de deudas. Sin embargo, en estos casos solicitan una garantía hipotecaria.
Según Carlos Fernández, exgerente del BCR, esta estrategia reduce el riesgo para los bancos, ya que pueden cobrar tasas de interés más altas mientras tienen un respaldo en caso de impago. Sin embargo, para los clientes, esto puede significar un peligro: perder su casa por una deuda de consumo, como la compra de un vehículo, un electrodoméstico o un viaje.
Si se encuentra en una situación donde debe poner su casa como garantía para un préstamo de consumo, los expertos recomiendan negociar una tasa de interés más baja que la habitual para este tipo de crédito.
¿Es solo un problema en colones o también afecta los préstamos en dólares?
El impacto de los créditos de consumo a largo plazo varía según la moneda. En general, los préstamos en colones suelen ofrecer más flexibilidad en la tasa de interés, ya que dependen de la Tasa de Política Monetaria (TPM) del Banco Central. Por otro lado, los créditos en dólares pueden representar un riesgo adicional, especialmente si el deudor recibe sus ingresos en colones, debido a la fluctuación en el tipo de cambio. Esto puede hacer que las cuotas sean más difíciles de pagar a largo plazo, incluso si inicialmente parecen más atractivas.
¿Qué se espera para el futuro?
El Informe Anual de Riesgos del BCCR de 2024 señala que la tendencia a extender los plazos de los créditos de consumo puede fomentar el sobreendeudamiento. Aunque estos préstamos permiten reducir la cuota mensual y liberar ingresos para otros gastos, el precio a pagar es una deuda que puede durar décadas y acumular intereses elevados.
Se espera que las autoridades financieras presten mayor atención a esta tendencia y busquen medidas para evitar el endeudamiento excesivo. Mientras tanto, los consumidores deben ser cautelosos y evaluar si realmente necesitan comprometerse con un crédito de consumo a tan largo plazo.
Fuente: El Financiero
Jorge Gutierrez Guillen
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